La vida imaginaria, Mara Torres

Titulo: La vida imaginaria

Autora: Mara Torres

Editorial: Planeta

Páginas: 256

Saga: No

ISBN: 9788408031420

Sinopsis:

¿Qué pasa por tu cabeza cuando la persona que quieres se va? ¿Qué haces con tu vida cuando tienes que pensarla otra vez? ¿Te la inventas? El mundo de Nata se llena de preguntas cuando Beto la deja. Pero el tiempo no se detiene, y los episodios que Nata cuenta de su propia historia la van llevando hacia un lugar donde todo vuelve a ser posible.

Novedosa y contemporánea, esta novela tiene el nervio de un relato confesional, divertido y emocionante. Pero, por encima de todo, descubre a Fortunata Fortuna, un personaje fascinante que ha venido al mundo de la ficción para quedarse.

La verdad es que este libro no me llamaba nada. Sabía que era finalista del premio planeta y que la autora era la chica de los informativos de la 2 pero no sabía mucho más del libro. Mi madre me pidió que lo pidiera en la biblioteca porque se lo quería leer y cuando llego se lo leyó muy rápido y me lo recomendó, así que decidí empezarlo. Quiero darle las gracias a mi madre porque este libro me ha gustado mucho mucho y si no es por ella seguramente no lo habría leído.

Nata acaba de sufrir una ruptura después de tres años con una persona que ella pensaba que era el hombre de su vida. Desde este momento, Nata entra en una depresión en la que comenzará a plantearse todo lo que ha sucedido en su vida esos tres años y porque su novio, Beto, se ha ido sin un motivo concreto. Tendrá que pasar por algunos cambios en su vida, no solo la ruptura sino que el mundo donde ella creía vivir a sufrido un cambio bastante radical. Pero en estos momentos en los que la vida de Nata se tambalea por encontrar una verdad a lo que le sucede descubrirá cosas de las que antes no se daba cuenta y disfrutara la vida de una manera diferente. Pero el recuerdo de Beto la perseguirá en cada momento de su vida ¿será capaz de olvidarse de él y seguir adelante?

Como he dicho este libro me ha gustado un montón en gran parte porque no es una temática que suela leer, también por la forma en la que esta contado, como escribe la autora y las conclusiones que vas sacando de cada una de las metáforas que se usan en la historia.

Mara Torres escribe de una manera que me ha cautivado. Utiliza el dialogo en gran parte de la novela haciendo que esta sea ágil y amena, y haciendo que este dialogo se adapte perfectamente a cada personaje, a cada situación y a cada forma de hablar. Algo que no usa mucho en este libro, por no decir nada, es la descripción de los lugares pero creo que no es lo que destaca en este libro ya que la novela se centra en los problemas de la protagonista y no en el exterior, y esto lo entenderéis en el siguiente párrafo.

El libro no esta contado como la mayoría sino que este es algo especial. Esta contado en primera persona por la protagonsita, Nata, pero esta no nos cuenta la vida según le sucede sino que la historia esta contada a través de una especie de cartas que ella escribe en el ordenador. En estas cartas expresa sus sentimientos y también que va haciendo en cada momento de su vida. Nos encontraremos capítulos en los que nos hablara de recuerdos de cuando estaba con su ex y en otros nos hablara de charlas sobre economía con sus amigos. Básicamente este libro me ha enamorado por esta forma tan peculiar de ser contada a la vez de que trata los típicos temas que tratan las personas normales, es decir, que hablan desde política y economía hasta de consoladores y bolas chinas. 

Pero sobre todo a mi quien me gusta es Fortunata Fortuna o más conocida como Nata. Es una protagonista diferente a otras que he leído este año. Por ejemplo, quiero destacar el echo de que a ella la acaban de dejar pero no es de las típicas que esta llorando por las esquinas todo el rato y tampoco es de las típicas que a los dos días ya tiene un novio nuevo, podríamos definir a Nata como una protagonista normal a la que SÍ le afecta lo que le ha sucedido pero no de una forma radical. También me encanta esa forma tan divertida de expresarse, porque he de reconocerlo no he parado de reírme en ningún momento (bueno en alguna parte un poco más seria o triste si que he dejado de reír) y de como en cuestión de segundos, como hacemos todos, se va a su mundo y se imagina cosas que no suceden.

Voy a definir lo último que he dicho un poco más porque creo que es un atractivo importante del libro y es que todo parece muy real. Como dije utiliza temas muy actuales y los habla con total normalidad sin irse por las ramas, pero también esos momentos en los que Nata se imagina como sucederá algo y en verdad es solo parte de tu imaginación (valga la redundancia) pero ella lo cuenta de tal manera que parece cierto. Y estas imaginaciones que tiene la protagonista nos lleva a encontrarnos con muchas metáforas que tendremos que ir resolviendo nosotros mismos.

Si buscáis una historia de amor no la vais a encontrar porque como dice claramente la sinopsis y como he dicho ya innumerable veces en esta reseña el libro habla de una ruptura y Nata no esta dispuesta a enamorarse de nuevo tan rápidamente como otras protagonistas.

El final de la historia es un poco confuso, yo no lo entendí a la primera, incluso llegue a pensar que era patético que después de haber leído 256 páginas no entendiera el final, pero después de pensarlo un poco y de hablarlo con mi madre me di cuenta de la verdadera esencia del final. La autora no deja un final concreto en el libro sino que hace que se quede un poco en el aire para que cada uno se imagine como sigue la historia a su manera y aunque sé que a muchas personas esto no le gusta, yo lo bastante interesante porque así no solo me he imaginado a los personajes y las situaciones sino también de un final que yo he creado personalmente.

En conclusión, La vida imaginaria es una novela que refleja claramente como la vida de una mujer puede cambiar cuando tiene que superar una ruptura y te enseña que la imaginación es una parte importante de cada persona que la hace tener una perspectiva mejor, a su manera, de la vida.

Así que cuando supe que no quedaba leche, pensé que el ataque que no me había dado con el zumo iba a darme con la leche. Pero pasaron dos días más y lo que no quedaba era papel higiénico. Llegué tarde porque venía de tomarme unas copas, y tuve que limpiarme con un kleenex en mi propio baño como en cualquier bar, y estuve toda la noche pensando que aquello sí que era la soledad absoluta, que nadie pueda venir a tu casa porque no hay con qué limpiarse el culo. Muy triste. Menos mal que ya pasó.