Behemoth, Scott Westerfeld

Titulo: Behemoth

Autor: Scott Westerfeld

Editorial: Edebé

Páginas: 525

Saga: #2 Leviathan (2/3)

ISBN: 9788468306988

Aviso: Contiene spoilers de Leviathan

Gracias a la editorial por el envio de un ejemplar para la reseña

Sinopsis:

El Behemoth es la criatura más feroz de la armada británica. Puede tragar buques de guerra enemigos de un solo bocado. Los darwinistas lo necesitarán, ahora que están en guerra contra los poderes clánker.

Deryn es una chica que se hace pasar por chico en el Ejército del Aire británico y Alek es el heredero de un Imperio, aunque finge ser un plebeyo. Finalmente se conocen a bordo de la aeronave Leviathan y ambos esperan poder terminar con la guerra. Pero, cuando el desastre echa por tierra la misión pacificadora del Leviathan, se encuentran solos y perseguidos en territorio enemigo.

Alek y Deryn necesitarán grandes dosis de habilidad, nuevos aliados y mucho valor para enfrentarse a todas las adversidades.

Tenía muchísimas ganas de leer este libro después de lo mucho que me gusto la primera parte, y al final este libro ha cumplido con las expectativas que tenía sobre él. Ha sido incluso mejor que el libro anterior.

El Leviathan esta llegando a Constantinopla donde dejarán la carga que tan cuidadosamente llevan cuidando desde que salieron del Inglaterra. Dentro de la aeronave también se encuentra Alek, heredero del imperio austro-húngaro, que deberá bajarse cuando lleguen al país porque se sienten prisioneros de los británicos aunque los hayan ayudado a recuperar su viaje cuando los motores el Leviathan se rompieron. Pero a su llegada a Constantinopla todo se pone patas arriba por lo que los planes de Deryn y de Alek van a tener que cambiar para que todo salga medianamente como ellos quieren.

Segunda parte mejor que la anterior. El autor sigue conquistandome con esta trilogía, y cada vez consigue que me enganche más a ella. 

Scott Westerfeld tiene una forma de escribir amena y ágil que hace que incluso la terminología de guerra no sea difícil de entender. En esta segunda entrega ya dejamos de lado las introducciones y nos metemos de lleno en lo que es importante por lo que la historia se hace bastante rápida y amena. Como en el primer libro nos encontraremos capítulos en tercera persona desde la perspectiva de Alek y desde la perspectiva de Deryn.

Hablando de personajes seguimos teniendo a nuestros queridos Alek y Deryn. Alek como en la primera parte me ha gustado muchísimo, incluso más podría decir. Este personaje a cambiado, al principio del primer libro era muy estirado y pijo, como todo príncipe, pero ahora es más natural y se ha adaptado muy bien a su papel de plebeyo. En cuanto a Deryn, también ha cambiado bastante. En el primer libro no me llego porque al hacerse pasar por un chico llego a parecerse demasiado a uno, pero en esta segunda parte aunque siga haciéndose pasar por un chico tiene muchas cosas de chica que hicieron que conectará con el personaje.

En esta segunda parte sigue sin haber amor pero si nos damos cuenta de que Deryn empieza a sentir algo por Alek y que hace lo que haga falta porque el chico. Se sentirá celosa por otras personas, se preocupará por él, y hará lo que sea para que se quede cerca de ella en el Leviathan. Llegará al extremo de que el miedo de que a Alek le pase algo hará que muestre sus sentimientos delante de otros personajes que podrían estar descubriendo que ella es una chica.

El final del libro es totalmente diferente a lo que me esperaba. En el libro se van cambiando los planes de los personajes de tal forma que no sabes como van a terminar. Pero la verdad es que este final me ha gustado mucho y tengo muchas ganas de poder leer el tercer libro porque quiero responder a las incógnitas de las preguntas que tengo desde el primer libro.

En definitiva, Behemoth es una segunda parte mejor que la primera con mucha más acciones, giros inesperados y muchas incógnitas que tendremos que esperar a resolver en el último libro.

Deryn le dio la espalda por unos instantes, deseando que Alek le pidiera lo mismo pero de manera diferente. No como un príncipe memo que esperaba que todo el mundo le sirviera a sus propósitos, sino como un hombre.