¡Hola soñadores!
Hoy os traigo algo muy especial para mi, ya que formo parte de un Blog-tour, pero no uno normal y corriente sino el de un libro de una persona muy especial.
Esta autora de la que os hablo es mi querida Natalia, autora de PsyCho libro del que tenéis la reseña en el blog (aquí) y del que os he hablado innumerables veces. Pues, en esta ocasión, vengo a hablaros de un nuevo libro que se publicará en unos días con la editorial Kiwi en su formato e-book. Y para que la espera no se haga tan larga en estos días vamos a disfrutar de un Blog-tour en el que iremos conociendo escenas del libro, fichas de personajes, playlist y un booktrailer.
Yo seré la primera en traeros una escena del libro, pero si no queréis ir perdiéndoos todo lo que va a publicarse estos días de este libro entrad en el link que os dejo AQUÍ donde os llevará al blog de Natalia donde están colgadas las fechas y los blogs que publicarán cada día.
Empezaré poniéndoos una pequeña ficha técnica del libro y después la esperada escena de la que os he hablado.
Titulo: Me apuesto el corazón
Autora: Natalia C. Gallego
Editorial: Kiwi
Formato: e-book
Género: Juvenil romántica
Fecha de publicación: 10 de diciembre
Sinopsis:
A Karla Quintero nunca le ha preocupado demasiado ser una negada para las relaciones. Le da igual que los chicos se asusten por sus comentarios directos o su actitud un poco marimacho, ella no necesita un novio...
...o por lo menos eso pensaba hasta que una apuesta puso en duda su capacidad para ligar. Decidida a mantener su orgullo intacto, está dispuesta a hacer lo que sea para ganar esa apuesta.
Luis Monzón tiene una cosa clara: no quiere problemas. Y las relaciones amorosas son un gran problema.
Roto, después de haber perdido demasiado, sólo desea pasar su último año de instituto en paz. Por desgracia la paz se ve interrumpida cuando Karla se cruza en su camino y pone su vida patas arriba.
Autora: Natalia C. Gallego
Editorial: Kiwi
Formato: e-book
Género: Juvenil romántica
Fecha de publicación: 10 de diciembre
Sinopsis:
A Karla Quintero nunca le ha preocupado demasiado ser una negada para las relaciones. Le da igual que los chicos se asusten por sus comentarios directos o su actitud un poco marimacho, ella no necesita un novio...
...o por lo menos eso pensaba hasta que una apuesta puso en duda su capacidad para ligar. Decidida a mantener su orgullo intacto, está dispuesta a hacer lo que sea para ganar esa apuesta.
Luis Monzón tiene una cosa clara: no quiere problemas. Y las relaciones amorosas son un gran problema.
Roto, después de haber perdido demasiado, sólo desea pasar su último año de instituto en paz. Por desgracia la paz se ve interrumpida cuando Karla se cruza en su camino y pone su vida patas arriba.
—¿Se puede saber qué es lo que está pasando aquí?
“Eso mismo quisiera saber yo”, pensó ella, mientras que miraba de reojo a Luis.
No tenía ni idea de qué estaba haciendo él aquí y, mucho menos, de por qué la estaba ayudando. Nunca habían hablado y, si era sincera, tras lo ocurrido en la prueba de gimnasia no sentía ningún aprecio hacia él. Por ello no comprendía cómo era posible que estuviera echándole una mano cuando más lo necesitaba. No iba a admitirlo en voz alta, pero, si lograba sacarla de esa endiablada cita sin que pasara nada, le estaría eternamente agradecida.
Ella chasqueó la lengua, intentando encontrar la repuesta correcta hasta que se dio cuenta que no había ninguna. Dijera lo que dijera la situación terminaría igual en pelea. Intentando prepararse para la mejor actuación de su vida, pasó la mano por la espalda de su recién encontrado novio, apretándole contra ella todo lo que pudo.
—¡Oh, dios mío, creía que nunca más querrías volver a querer verme!—sin previo aviso enterró su rostro contra el pecho de él y empezó a emitir un sollozo exagerado—. ¡No sabes cuánto te he echado de menos, pichurrín!
Le estrujó con más fuerza, haciéndole emitir un jadeo de protesta el cual la hizo sonreír de forma malévola. Ésta sería su pequeña venganza por la forma en que la trató ayer. Le escuchó maldecir entre dientes y supo que cuando todo esto acabara ellos dos tendrían una larga conversación.
—¡¿Alguno de los dos va a decirme qué ocurre?!—les gritó, llamando la atención del resto de clientes.
—Pichurrín mío, habla tú que mis lágrimas de emoción no me permiten formar una frase.
Luis sufrió un escalofrío al escuchar ese dichoso mote con el que le había bautizado, y empezó a arrepentirse de haberla ayudado.
—Cariño, eres tú la que ha decidido tener una cita con éste chico a mis espaldas. Deberías ser tú quien le explicara lo sucedido.
Karla se puso de puntillas para hundir el rostro en su hombro y que solo él pudiera escucharla.
—No soy una buena actriz, acaba tú con esto, por favor.
Él sonrió para sus adentros, poco dispuesto a ponérselo fácil. Como un niño travieso que se dispone a hacer la mayor travesura de su vida, posó sus manos sobre los hombros de ella y le dio un ligero empujón para apartarla.
—Osito, éste chico está esperando por ti.
Los ojos azules de ella refulgieron de odio. Daba igual que él estuviera tratando de rescatarla con esa mentira, en el fondo lo único que estaba haciendo era echarse a un lado para ver cómo se estampaba contra la pared. Nunca había sido una buena mentirosa; no porque fuera una persona excesivamente integra, sino porque era una bocazas y terminaba liándose tanto a la hora de crear una historia verosímil que, cualquiera que la conociera, a los pocos segundos se percataba enseguida que nada de lo que decía era verdad.
Le lanzó una mirada peligrosa a Luis mientras que pensaba: “tú lo has querido”.
—¿De verdad quieres escuchar nuestra triste, pero que muy triste, historia?
—¡Habla de una maldita vez!—le exigió Manu, exasperado al ver como se reían de él en su propia cara.
—Cuidado con lo que dices si no quieres que mi amorcito te dé un buen puñetazo, ¿entendido?- Manuel hizo una mueca de desagrado, sin prestar demasiada atención a su amenaza—. Bien, nosotros llevamos saliendo desde hace doce años y...
—Espera, ¿no tienes diecisiete?—ella asintió, lentamente, empezando a darse cuenta del error que había cometido—. ¿Empezasteis a salir con cinco años?
Karla escuchó el resoplido de Luis y tuvo que morderse la lengua para no decirle que era por esto por lo que le había pedido que se inventara él la historia. Sin poder dar marcha atrás, continuó metiéndose, cada vez más, en su papel.
—¡No te atrevas a mirarnos así!—le amenazó, señalándolo con un dedo—. Nuestro amor siempre ha sido muy intenso. Nosotros somos dos almas gemelas que han conseguido encontrarse dentro de un mundo demasiado grande; somos un solo ser dividido en dos cuerpos que al fin está completo.
—Corta ya el rollo, tía—la detuvo Manu, al sentir como las primeras arcadas por sobredosis de azúcar le exprimían las tripas—. Lo único que quiero saber es qué demonios pinto yo en todo esto.
—Oh, claro, quieres que vaya al grano, ¿no?—él hizo un gesto de asentimiento con la cabeza para apremiarla, y que así terminara de una vez—. Pues aquí mi amor incondicional, mi pichurrín del alma, hace un mes me rompió el corazón de la manera más horrible—ella se tapó la boca de manera teatral y parpadeó repetidas veces, como si estuviera tratando de contener las lágrimas—. Él...él...¡se enrolló con otro chico!
—¡¿Cómo?!—la sorpresa de los chicos se mezcló en el aire y ambos gritaron al unísono.
El rostro de Luis se tornó cetrino, mientras que trataba de asimilar lo que acababa de escuchar.
¿Cómo era posible que a esa chica no se le hubiera ocurrido otra cosa que no fuera que él era gay? No le entraba en la cabeza cómo habían podido llegar hasta ese extremo cuando no hacía más de diez minutos él estaba sentado, tranquilamente, comiéndose su hamburguesa.
“Nunca debí haberme levantado de mi mesa”.
—Cariño no me mires así, sé lo que ocurrió en aquella fiesta de la playa con el capitán de fútbol y lo entiendo, cualquiera querría besar esos labios o tocar ese cuerpo. Pero ya te he perdonado, sé que no volverás a hacerlo.
Luis intentó formar una frase un par de veces, pero lo único que salió de sus labios fueron unos balbuceos cortantes. Según avanzaba la situación las cosas no hacían más que ponerse cada vez peor. No quería ni imaginarse hasta dónde podría llegar si no la hacía callar pronto...
Blog: http://nataliacgallego.blogspot.com.es/
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¿Qué os ha parecido el extracto del libro que os he traído hoy? ¿Tenéis tantas ganas como yo de leer el libro? Contadme ^^